Viernes Santo

La procesión del silencio. Este ritual, de incursionar a nuestro interior, y reflexionar sobre la vida que hemos llevado hasta ahora, con una gran carga del autosacrificio que asumimos, para poder hacer ese cambio radical en nuestras vidas, y tomar esa oportunidad que se nos da, para rectificar y enmendar el camino hacia la luz de esperanza y una nueva oportunidad de alegría y paz.
Los penitentes después de hacer una promesa, preparan su mente y su cuerpo para emprender ese camino simbólico de arrepentimiento, que representa el calvario, para llegar a ese mismo punto renovados y saliendo a la vida, como vueltos a nacer de entre las tinieblas, a la luz.¡¡Un ritual transformador!!