De acuerdo con la iglesia Católica, el sábado Santo, Jesús entrego su cuerpo y derramo su sangre para el perdón de los pecados y la salvación de los hombres.
Para el pueblo Náhuatl del centro de México, era también momento de recibir el recordatorio, con un jaloneo de orejas a las nuevas generaciones, de la importancia de escuchar a los ancianos, pero no solo a los que están vivos, sino la palabra que nos dejaron nuestros ancestros desde tiempos inmemoriales. Una palabra que debe ser escuchada, aprendida y trasmitida a las siguientes generaciones
En torno a la abuela los nietos se forman para que ella jale las orejas, y pronuncie la siguiente frase: gloria, gloria para cuando te hable oigas. un rito que en sábado de gloria nos deja reflexionando, que es lo que tenemos que escuchar de nuestros abuelos y abuelas. La máxima madre creadora, la que nos sustenta y da vida, la tierra el cosmos entero, como era reconocida en estas culturas tan sabias, esa fuerza creadora que no alcanzamos a entender en su totalidad.
Sábado Santo, sábado de gloria.
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